Poda de Árboles Urbanos – Cuanto y Que Tan Seguido Realmente se Necesita?
"La poda es una de las mejores cosas que un Arborista puede hacer por un árbol pero una de las peores cosas que podemos hacer a un árbol"
-Alex Shigo Octubre 15, 2015 Existe una noción general, con respecto al arbolado urbano, de que es estrictamente necesario que los arboles deben ser constantemente podados o se caerán y/o morirán, lo cual es completamente falso. De hecho los arboles urbanos no necesitan una poda seguida o frecuente como se suele pensar, creer y hacer. Teniendo esto en cuenta, el manejo y gestión para la intervención arbórea puede ser mucho más preciso, eficaz, económico y mantener los arboles más saludables y estructuralmente más estables también.
Una noción principal mucho más importante y realista debería ser que los arboles no necesitan podas y en muchos casos están mucho mejor con una intervención mínima. Podríamos poner el ejemplo de algunos árboles que nunca han sido intervenidos en su ambiente natural, y es evidente que estos árboles no se están cayendo o están muriendo por no ser podados. Es claro que todos los árboles mueren y eventualmente caen (como todos los organismos vivos), pero el hecho de que los arboles pueden y han sobrevivido sin poda es algo a tener muy en cuenta. Con esto no estoy afirmando de que todos los arboles urbanos nunca deban ser podados, siempre existen excepciones a la regla, y enfatizo en que los arboles urbanos necesitaran de algún tipo de poda durante su lapso de vida debido a conflictos que desarrolla con la gente y su entorno, pero muchas veces alrededor del 75% de las podas realizadas a los arboles urbanos son innecesarias y muy frecuentemente perjudiciales para los árboles, como es el caso de Bogotá. Así mismo es un desperdició de dinero, tiempo y espacio (especialmente con la disposición de los residuos) sencillamente por seguir objetivos erróneos que no benefician al árbol, ciudad o la sociedad en general. Existe una variedad inmensa de razones válidas para realizar la poda de los árboles, pero la más importante y mejor siempre será aquella que se haga en estados tempranos para hacer respectivos corregimientos estructurales en aquellos defectos de árboles jóvenes luego de su plantación. Sin embargo, esta intervención rara vez se hace, siendo tan fácil y económica de ejecutar; por el contrario parece que a las administraciones públicas les gustara concentrarse en poda de árboles maduros, con defectos estructurales que por lo general son más complejos y graves de corregir efectivamente y obviamente más costosas.
La razón por la cual se presenta este tipo de circunstancias y por qué seguimos en ello, puede ser evidente, como ya lo he mencionado anteriormente y en otras publicaciones, como lo es la ineficiencia e ineficacia del personal a cargo de toma y ejecución de acciones o decisiones importantes por parte de profesionales inadecuados en el área, que tienen en jaque y deterioro progresivo el arbolado; pero la respuesta va mas allá dentro de la psicología y el accionar humano: por una parte se tiene una necesidad de modificar parcial o totalmente nuestro ambiente, especialmente el urbano donde poco se puede considerar natural, lo cual ha llevado a justificar por ejemplo podas con fundamentos estéticos que van en contra de la fisiología del árbol. Pero otro factor que complica el problema es que ya existe una cultura de la mala poda y sobre-intervención tanto para los que trabajan en el medio como para la ciudadanía en general; la gente asume que lo que es común es correcto, por lo que al ver muchas veces las atrocidades realizadas a los arboles las asumen como normales. Es evidente que la poda es la intervención más común en el mantenimiento de árboles, pero no podemos usarla como excusa o justificación para todas las intervenciones. Distinción precisa que puede realizar un arborista certificado sin ningún problema y de esta forma evitar trabajos inadecuados. Teniendo en cuenta esto, hay que mencionar las consecuencias de las podas: una poda adecuada y efectuada por un arborista o bajo su supervisión ayuda a selectivamente remover partes muertas o defectuosa del árbol, así como a ayudar a la estructura del mismo, por lo tanto contribuye a la salud y estructura general del árbol reduciendo riesgos que pueda causar a personas o propiedades. Por el contario una poda inadecuada puede ser perjudicial a la salud y estructura del árbol así como hacer los arboles peligrosos, por lo que siempre es esencial establecer claros y definidos objetivos antes de comenzar alguna poda.
Ahora bien, otro aspecto importante a mencionar es la edad del árbol, este factor influye bastante en el tipo, frecuencia, intensidad y objetivo de la poda a efectuar. Arboles maduros proveen sombra, belleza y otro tipo de beneficios al ambiente urbano y requieren un tratamiento completamente diferente a los arboles jóvenes; en cada etapa de crecimiento, el árbol es más o menos sensitivo y susceptible a su entorno, así mismo la vigorosidad es clave en la respuesta a una poda, por lo que en arboles maduros no es recomendable hacer cortes grandes ya que le es fisiológicamente más estresante la recuperación. Dentro de los tipos de podas inadecuadas mas comunes tenemos el llamado aclareo intenso (lightening, thinning-out o opening-up en inglés). El correcto término en arboricultura es sobre-adelgazamiento (over-thinning) o cola de león (lion-tailing) y se da cuando varias ramas vivas, particularmente de la zona baja de la copa, han sido removidas por cualquiera que fuese la justificación, removiendo gran follaje de la copa del árbol. Es importante entender que el aclareo de este tipo necesariamente no hace más seguros los árboles y de hecho puede tener el efecto contrario. Desafortunadamente este tipo de poda es muy frecuente, aceptada (muchas veces deseada por la ciudadanía) y suele cambiar e interrumpir el balance natural de cargas que tiene el árbol, cambiando la dinámica del mismo, usualmente el estrés de cuando el aire sopla en contra del árbol es distribuido de forma natural a través del árbol efectivamente de arriba hacia abajo (de la copa a la raíz) con el fin de minimizar la ruptura, lo que no ocurre cuando la copa ha sido modificada. Por otro lado, afecta negativamente la vitalidad y resiliencia de las ramas y el general del individuo afectando el desarrollo de la base de las ramas, lo cual influye en el soporte de la misma y ayuda a crearse columnas continuas de pudrición interna haciendo las ramas más débiles todavía. Otra práctica común dentro de las podas es la reducción de peso terminal (end-weight reduction) que busca en general reducir el peso longitudinal de grandes ramas. Si bien no existe soporte científico que evidencie que esta práctica reducirá el riesgo de ruptura, muchas de estas intervenciones terminan en convertir la rama en cola de león, que fue discutido anteriormente. Desafortunadamente, en ciudades como Bogotá y en general en Colombia, la poda de los arboles urbanos no tiene, por no decir que nunca la ha tenido, la objetividad de simplemente remover una rama aquí y allá cuando es necesario para hacer una limpieza o algún mejoramiento funcional o estructural justificado, como se debería; sino simplemente se ha llegado al concepto de “Podar por el bien de podar”, sin ninguna frecuencia establecida o razón del porque se está haciendo la intervención. Para completar el panorama, irrisoriamente se le ha encargado la evaluación y ejecución de estas actividades a profesionales inadecuados y no arboristas certificados, lo cual lleva a limitar la realización de un diagnóstico acertado; para muchos que se hacen llamar “expertos” en el área, solo existen intervenciones de poda, con algunas variaciones (control, fitosanitaria, estabilidad, etc.) y remoción (tala) sin llegar a considerar el abanico de opciones que se tienen dentro de la arboricultura como el cableado, anclaje aéreo o terrestre, bracing, estacado, sistemas de estabilización, entre otros que se podrían sugerir antes de la misma poda, resultando en un incremento de actividad que lleva a la sobre-intervención del arbolado. Dentro de las principales razones por las cuales las administraciones públicas y/o empresas contratistas realizan podas inadecuadas son:
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ACA COLOMBIA
Arborista Certificado ISA
ML-0339A
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